Adis Smajic tenía 13 años cuando vio aquella mina antipersona semienterrada entre las ruinas de Sarajevo, el 18 de marzo de 1996. En ese momento pensó que alguien podría resultar herido y decidió retirarla con todo el cuidado que puede tener un niño.
Vidas minadas. La mozambiqueña Sofia Elface Fumo con su hija Alia (estas imágenes pertenecen a la exposición 'Vidas minadas, 10 años' que se inaugura el martes 27 en el Instituto Cervantes de Madrid, y al libro del mismo título publicado por la editorial Blume. Pertenecen a un proyecto fotográfico financionado por Intermón Oxfgam, Médicos sin Fronteras y Manos Unidas, y cuenta con la colaboración especial de DKV Seguros)- Gervasio Sánchez
De repente, clic. La explosión le arrancó el brazo derecho y el ojo izquierdo, además de desfigurarle el rostro por la metralla. Cuando llegó al hospital, los médicos que le escuchaban decir "yo sólo quería quitar la mina del suelo" pensaron que no sobreviviría. Dos días después se convirtió en el joven sin rostro inmortalizado por el fotoperiodista Gervasio Sánchez (Córdoba, 1959), recién llegado a Sarajevo para cubrir el final de la guerra.
Vidas minadas. La mozambiqueña Sofia Elface Fumo con su hija Alia (estas imágenes pertenecen a la exposición 'Vidas minadas, 10 años' que se inaugura el martes 27 en el Instituto Cervantes de Madrid, y al libro del mismo título publicado por la editorial Blume. Pertenecen a un proyecto fotográfico financionado por Intermón Oxfgam, Médicos sin Fronteras y Manos Unidas, y cuenta con la colaboración especial de DKV Seguros)- Gervasio Sánchez
De repente, clic. La explosión le arrancó el brazo derecho y el ojo izquierdo, además de desfigurarle el rostro por la metralla. Cuando llegó al hospital, los médicos que le escuchaban decir "yo sólo quería quitar la mina del suelo" pensaron que no sobreviviría. Dos días después se convirtió en el joven sin rostro inmortalizado por el fotoperiodista Gervasio Sánchez (Córdoba, 1959), recién llegado a Sarajevo para cubrir el final de la guerra.
"El primer minuto que vi a Adis en la cama del hospital, luchando entre la vida y la muerte, fue tremendo. Aunque ya había tratado el problema de las minas en Angola y Camboya desde 1995, aquel instante cambió mi perspectiva como informador, sobre lo que estábamos haciendo allí", recuerda Sánchez. "Los periodistas vamos a los conflictos y nos marchamos cuando se supone que termina la guerra o dicen los políticos que termina, pero en realidad las consecuencias en la posguerra son mucho peores".
Aquella imagen en el hospital de Sarajevo hizo que el fotógrafo regresara una y otra vez durante la siguiente década para retratar el espíritu de superación de jóvenes como Adis y otros 11 mutilados desde Camboya a Colombia, pasando por Afganistán, Irak o Mozambique. A través de su cámara ha recogido la evolución de las vidas entre prótesis, quirófanos y rutina familiar, que se mostrarán desde el próximo martes hasta el 27 de enero en la exposición Vidas minadas. Diez años, en el Instituto Cervantes de Madrid.
Més: http://www.elpais.com/articulo/cultura/vida/Adis/objetivo/elpepucul/20071125elpepicul_7/Tes